Francia lucha contra las marcas falsas
Los oficiales de aduanas del Aeropuerto de Orly, en París, ya han escuchado todo tipo de excusas.
Esta vez, dos hombres bien
vestidos, que acaban de aterrizar en París procedentes de Benim, tratan de explicarles que los once pantalones de marca falsificada que traen en sus maletas son para repartir entre am
igos.
"Son falsificaciones, caballero", dice uno de los policías. "Es ilegal traerlos a este país. Las falsificaciones socavan la legitimidad de las empresas".
Los bienes son confiscados y pronto serán enviados a una incineradora. Pero esta es sólo una gota en un océano de falsificaciones.Francia lucha contra las marcas falsas
Los oficiales de aduanas del Aeropuerto de Orly, en París, ya han escuchado todo tipo de excusas.
Esta vez, dos hombres bien vestidos, que acaban de aterrizar en París procedentes de Benim, tratan de explicarles que los once pantalones de marca falsificada que traen en sus maletas
son para repartir entre amigos.
"Son falsificaciones, caballero", dice uno de los policías. "Es ilegal traerlos a este país. Las falsificaciones socavan la legitimidad de las empresas".
Los bienes son confiscados y pronto serán enviados a una incinera
dora. Pero esta es sólo una gota en un océano de falsificaciones.
En la línea de fuego
Según las cifras que Aduanas de Francia dio a conocer
el pasado 21 de marzo, el número de artículos falsificados decomisados en 2004 aumentó en un 76%, en comparación con la cifra del año anterior, que registró 3.5 millones de objetos.
"Todo tipo de artículos son falsificados: desde la Viagra hasta partes de carros", dijo Marion Guth, Secretaria General del Comité Nacional Anti Falsificación, que agrupa a representantes del gobierno y de la industria en la lucha contra las marcas falsas.
"La falsificación de productos de lujo representa sólo un 10% de todas las incautaciones", apuntó.
Aún así, un 10% de 3.5 millones de objetos falsos, son muchos bolsos, perfumes y vestidos de marca.
Conocidos nombres del mun
do de la moda como Hermes, Chanel y Louis Vuitton han hecho de Francia el productor mundial de artículos de lujo.
Esta posición ha colocado a París en primera línea de fuego en la guerra contra la falsificación.
Las grandes compañías francesas productoras de bienes de lujo utilizan batallones de abogados e investigadores privados para luchar contra los falsificadores.
Industria global
La casa de ropa Lacoste, por ejemplo, gasta anualmente US$ 3,8 millones en combatir falsificaciones. Vuitton, una de las marcas más copiadas, gasta en ese empeño más de US$ 19 millones al año.
"En realidad nadie sabe cuánto estamo
s perdiendo porque no sabemos cuánta de la gente que compra falsificaciones habría comprado el original", dijo Marc-Antoine Jamet, secretario general de la división de perfumería de Louis Vuitton y jefe del Sindicato de Fabricantes, un grupo de presión contra las falsificaciones.
"Pero creemos que, en un sector que emplea a 250.000 personas en Francia, perdemos 38.000 empleos al año por causa de las falsificaciones", estimó Jamet.
"En Génova, Italia, si encargas 400.000 falsificaciones de un artículo fabricado por una conocida marca francesa, te los entregan en menos de 48 horas", añadió. "La falsificación se ha convertido en una industria global colosal, que representa el 5% del comercio mundial".
Vergüenza
La industria de los artículos de lujo está tratando de avergonzar a la gente que compra falsificaciones.
Argumentan que, al comprar objetos falsos la gente pone plata en manos de las mismas redes criminales que se dedican a la prostitución y el tráfico de drogas, y que el dinero de las falsificaciones incluso financia el terrorismo.
El Sindicato de Fabricantes, que lidera Jamet, ha financiado varios afiches que advierten que la compra de objetos falsificados es un acto criminal.
Entretanto, el gobierno ha introducido penas algo más estrictas: el año pasado dobló la multa máxima hasta los 300.000 euros (unos US$ 385.000) -o tres años en prisión-.
Pero este endurecimiento
contra los imitadores no es nada nuevo en Francia: en el siglo XVI, a los falsificadores se les cortaban las manos.
Fuente: http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/business/newsid_4388000/4388147.stm
En la línea de fuego
Según las cifras que Aduanas de Francia dio a conocer el pasado 21 de marzo, el número de artículos falsificados decomisados en 2004 aumentó en un 76%, en comparación con la cifra del año anterior, que registró 3.5 millones de objetos.
"Todo tipo de artículos son falsificados: desde la Viagra hasta partes de carros", dijo Marion Guth, Secretaria General del Comité Nacional
Anti Falsificación, que agrupa a representantes del gobierno y de la industria en la lucha contra las marcas falsas.
"La falsificación de productos de lujo representa sólo un 10% de todas las incautaciones", apuntó.
Aún así, un 10% de 3.5 millones de objetos falsos, son muchos bolsos, perfumes y vestidos de marca.
Conocidos nombres del mundo de la moda como Hermes, Chanel y Louis Vuitton han hecho de Francia el productor mundial de artículos de lujo.
Esta posición ha colocado a París en primera línea de fuego en la guerra contra la falsificación.
Las grandes compañías france
sas productoras de bienes de lujo utilizan batallones de abogados e investigadores privados para luchar contra los falsificadores.
Industria global
La casa de ropa Lacoste, por ejemplo, gasta anualmente US$ 3,8 millones en combatir falsificaciones. Vuitton, una de las marcas más copiadas, gasta en ese empeño más de US$ 19 millones al año.
"En realidad nadie sabe cuánto estamos perdiendo porque no sabemos cuánta de la gente que compra falsificaciones habría comprado el
original", dijo Marc-Antoine Jamet, secretario general de la división de perfumería de Louis Vuitton y jefe del Sindicato de Fabricantes, un grupo de presión contra las falsificaciones.
"Pero creemos que, en un sector que emplea a 250.000 personas en Francia, perdemos 38.000 empleos al año por causa de las falsificaciones", estimó Jamet.
"En Génova, Italia, si encargas 400.000 falsificaciones de un artículo fabricado por una conocida marca francesa, te los entregan en menos de 48 horas", añadió. "La falsificación se ha convertido en una industria global colosal, que representa el 5% del comercio mundial".
Vergüenza
La industria de los artículos de lujo está tratando de avergonzar a la gente que compra falsificaciones.
Argumentan que, al comprar objetos falsos la gente pone plata en manos de las mismas redes criminales que se dedican a la prostitución y el tráfico de drogas, y que el dinero de las falsificaciones incluso financia el terrorismo.
El Sindicato de Fabricantes, que lidera Jamet, ha financiado varios afiches que advierten que la compra de objetos falsificados es un acto criminal.
Entretanto, el gobierno ha introducido penas algo más estrictas: el año pasado dobló la multa máxima hasta los 300.000 euros (unos US$ 385.
000) -o tres años en prisión-.
Pero este endurecimiento contra los imitadores no es nada nuevo en Francia: en el siglo XVI, a los falsificadores se les cortaban las manos.