sábado, 5 de febrero de 2011


En el Valle del Loira es conveniente buscar sus dulces de mazapán, de ciruela, de azúcar de cebada y chocolate. Por otro lado, su carácter palaciego ha discurrido en variadas tiendas de antigüedades a precios más accesibles que en París. La loza, la cerámica y los artículos de mimbre son característicos de esta hermosa zona.

En Bretaña impresionan sus trajes típicos, de origen celta, sus telas de lana, loza pintada a mano, encajes, telas bordadas, marionetas, muñecas y joyería típica. El chocolate es una buena opción, especialmente las uvas en coñac cubiertas de chocolate. La artesanía, que se puede adquirir en los mercados populares y en tiendas especializadas se caracteriza por la madera tallada, joyas, artículos de piel, cristal y seda pintada.


Normandía destacan los bordados a mano, que suelen ser caros y difíciles de encontrar, pero que compensan por su increíble belleza y tradición. En junio en Caén y en agosto en Cabourg, se montan mercados de antigüedades en donde se pueden encontrar objetos y piezas muy interesantes.

Champagne y el norte son zonas tradicionalmente famosas por sus encajes, sedas pintadas y artículos de mimbre. En Amiens se pueden adquirir graciosas marionetas de manufactura tradicional en tanto que en St-Omer la loza esmaltada es lo más atractivo. Pero sin duda, lo que no debe olvidar comprar en esta zona es el producto de oro de Francia: el champagne. Pruebe a hacerlo con los productores regionales que se establecen a lo largo de los pueblos.

En la zona de Alsacia y Lorena, al este, los manteles y servilletas tejidos a mano son una buena compra. La loza esmaltada de brillantes colores es preciosa. En Lorena la cristalería es el punto de éxtasis: Baccarat tiene su origen aquí. Bensancon es la tierra de los relojes y las Ardenas ofrecen trabajos en madera tallada en tanto que Langers es famosa por su cuchillería.

En Borgoña, Troyes es el sitio ideal para adquirir ropa a precios generalmente inferiores, hasta en un 50% más bajo que en el resto de Francia. El vino de la región, escaso y caro pero exquisito, es otra buena adquisición.

Lyon es la segunda ciudad en importancia del país. Es un mercado significativo de ropa elegante y seda. Sus grabados también son llamativos así como sus marionetas. En cuanto a comida, el chocolate, algunos pasteles y patés son dignos de intentar llevarlos a casa. Hay asociaciones de artesanos que tienen sus propios mercados y ofrecen objetos hechos a mano a precios muy ventajosos.

La zona provenzal es famosa por sus figuras de arcilla que representan a los participantes del nacimiento de Cristo, hechas a mano y pintadas en colores llamativos; se les conoce como 'santons'. En Aix-en-Provence, los jabones de hierbas y flores son una buena compra; ahí mismo, los mazapanes de almendras y huevo se convierten en atractivas figurillas. Provenza es zona de hermosas y delicadas telas con finos estampados, que se pueden adquirir por metros o bien, convertidos en vestidos, chales y manteles. Los mercados provenzales son muy llamativos, aunque la mayor parte de los productos que ofrecen no sean objetos que se puedan llevar a casa.

La Riviera, la zona más exclusiva del sur, le ofrece ropa y accesorios elegantes, generalmente de prestigiosas y reconocidas marcas. Los chocolates y frutas escarchadas son otra alternativa. El aceite de oliva, muy bien envasado atrae mucho a los visitantes.

La zona de Toulouse y los Pirineos le obsequia el sabor de su famoso foie-gras y pato en conserva en latas que garantizan su duración. Sant Vincens en Perpiñán le deleitará con un mercado de artesanías. La ropa, libros, discos, joyas y perfumes son accesibles y variados en esta parte de Francia.

Córcega es tierra de bosques y maderas. Su artesanía echa mano de este recurso y se pueden adquirir objetos tallados en este noble elemento. Una buena pipa de Córcega es un regalo excelente. La cerámica también es atractiva, además de los tejidos y acuarelas.

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